Europa endurece la política de visados para ciudadanos rusos en respuesta al conflicto en Ucrania
Desde el mes de septiembre de 2022, los ciudadanos rusos encuentran mayores dificultades para ingresar a la Unión Europea (UE). La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha desencadenado sanciones y restricciones cada vez más severas, incluyendo el fin del Acuerdo de facilitación de visados, que desde 2007 permitía a los ciudadanos rusos obtener visados de corta duración de manera más accesible. Este acuerdo, suspendido en gran parte desde febrero de 2022, fue eliminado por completo para todos los ciudadanos rusos a partir del 12 de septiembre de 2022.
La suspensión del Acuerdo de facilitación de visados
El Acuerdo de facilitación de visados entre la UE y Rusia había permitido a los ciudadanos rusos obtener visados para estancias cortas —de hasta 90 días en un periodo de 180— con menores requisitos y costos. Desde la suspensión total de este acuerdo, los ciudadanos rusos deben cumplir con nuevos requisitos más estrictos y pagar una tasa de solicitud de 80 euros, frente a los 35 que se aplicaban antes de la invasión. Además, deben presentar documentación adicional y enfrentarse a mayores tiempos de tramitación, especialmente en los casos de solicitudes de visado de entradas múltiples.
Es importante señalar que estas restricciones no se aplican a los visados de larga duración, como los de residencia o trabajo, que mantienen la normativa previa al conflicto.
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Las sanciones de la UE contra Rusia y sus aliados
El endurecimiento de los visados para ciudadanos rusos es una de las múltiples sanciones que la UE ha impuesto a Rusia desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Estas sanciones incluyen restricciones económicas, sanciones diplomáticas y medidas selectivas contra individuos. Según el Consejo Europeo, las sanciones buscan “ocasionar graves consecuencias a Rusia por sus actos y frustrar con eficacia sus capacidades de continuar la agresión”. Bielorrusia, como aliada de Rusia en el conflicto, también ha sido objeto de sanciones similares.
Estas medidas se suman a una serie de sanciones previas que la UE había adoptado desde 2014, tras la anexión rusa de Crimea y la ruptura de los Acuerdos de Minsk, y suponen un aumento significativo en la presión internacional contra el gobierno de Vladimir Putin.
Discrepancias en la política de fronteras exteriores de la UE
La política de fronteras exteriores de la UE ha sido objeto de debate, con posiciones encontradas entre los Estados miembros en cuanto al endurecimiento de las restricciones a los ciudadanos rusos. Los países bálticos y Finlandia, que comparten fronteras con Rusia, defendían un cierre total para evitar el flujo de ciudadanos rusos hacia Europa. Por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores finlandés, Pekka Haavisto, afirmó que “el turismo no debe continuar como siempre” y que los controles debían ser más estrictos.
Sin embargo, países como Alemania y Francia, apoyados por el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, adoptaron una postura más moderada, argumentando que la Unión Europea debía mantener cierta flexibilidad para no alienar a los ciudadanos rusos que están en contra de la guerra en Ucrania.
El futuro de la política de visados y el ETIAS
A medida que la UE endurece sus políticas de visado en respuesta al conflicto en Ucrania, se espera que estas medidas se mantengan a largo plazo mientras no se produzcan cambios significativos en la situación política de Rusia. Estas restricciones también forman parte de una nueva política de fronteras que se verá reforzada en 2023 con la implementación del Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS). Este sistema establecerá requisitos adicionales para los viajeros de países que no requieren visa, lo que promete una mayor vigilancia y control en las fronteras europeas.
En conclusión, la situación actual refleja el compromiso de la UE de incrementar la seguridad en sus fronteras y continuar ejerciendo presión sobre el gobierno ruso. Aunque el impacto de estas medidas será amplio, el enfoque de la UE es claro: promover la seguridad y la estabilidad en la región mientras mantiene sus puertas abiertas a aquellos que busquen la paz y estén en contra del conflicto.